SEMANA 11
La meta y el camino
Lo que obtienes al alcanzar tus metas no es tan importante como en lo que te conviertes.
Henry david thoreau
Cada vez nos acercamos más a la recta final del semestre, porque, aunque todavía falte un mes y un poco más, les aseguro que todo pasará en un abrir y cerrar de ojos. Con cada nueva semana, surge un nuevo reto al cual enfrentarse. En esta ocasión la cuestión a debatir en mi subconsciente fue propuesta por el profesor Juan Sebastián Cobos, ya que para esta bitácora nos dio la posibilidad de escoger entre dos opciones: hacer un video acerca de la ortotipografía, que fue la temática vista esta semana, o realizar este escrito, el cual debería abordar un tema que él nos recomendó. Esta nueva posibilidad hizo que me encontrara frente a un dilema, debido a que las dos alternativas me parecían bastante buenas. Después de analizarlo bien, decidí realizar la bitácora que ustedes están leyendo en este momento.
Ahora seguramente se estarán preguntando por el misterioso tema que escogió el profesor. La verdad es que esa fue una de las principales razones por las que tomé mi decisión. Si recuerdan bien, hemos venido hablando desde hace unas semanas atrás, acerca de varios efectos sobre la cognición humana, entre ellos el de Dunning-Kruger y el de Forer. Cuando abordamos estos dos fenómenos, pudimos ser conscientes de cuán frágil era nuestra mente y como esos sesgos tenían la capacidad de inclusive sabotear, en cierta medida, nuestros procesos de aprendizaje y nuestro desempeño en los asuntos de la vida cotidiana. El mundo del sesgo cognitivo me dejó tan enganchada que cuando vi el tópico propuesto por Cobos, la curiosidad se apoderó de mí. Es por esta razón que hoy queridos lectores hablaremos acerca del efecto Zeigarnik.
A Bluma Zeigarnik, una investigadora soviética de inicios del siglo xx, le intrigó en su momento un comportamiento que observó en los meseros de un restaurante: estas personas tendían a recordar con mayor facilidad un pedido que aún no habían entregado, mientras que olvidaban aquellos pedidos que ya habían sido completados. Este suceso provocó que la investigadora vaya más allá y decidió realizar un experimento, en el cual se examinaría a 138 niños. El proceso del estudio consistía en darles a los integrantes de la muestra una serie de tareas, como rompecabezas u operaciones matemáticas. Sin embargo, a la mitad de ellos se les interrumpiría mientras estaban completando estos ejercicios, mientras que a la otra mitad los dejarían continuar sin contratiempos.
Los resultados que fueron arrojados por este estudio comprobaron que los participantes recordaban en mayor medida las tareas que habían sido interrumpidas, en comparación con aquellas que sí habían sido completadas a cabalidad. Zeigarnik inmediatamente logró establecer la relación con lo ocurrido con los meseros, quienes podían recordar una larga lista de pedidos incompletos, pero una vez estos eran entregados parecían desvanecerse de la memoria de estos individuos. Así es como se logró identificar este fenómeno o sesgo cognitivo al que nombraron en honor a la investigadora que lo había descubierto. Una vez hemos comprendido lo que es el efecto Zeiganirk, vale la pena resaltar que, si nos gusta leer o ver películas y series, tal vez hemos sido víctimas de este sesgo sin siquiera darnos cuenta.
Cuando estamos leyendo una novela o estamos viendo una serie, vamos adquiriendo progresivamente más interés por la historia. Ya estando más avanzados en la trama, es bastante común que algún personaje se encuentre en una situación extrema y justo cuando parece que llegamos al clímax de esa problemática, al autor le parece una buena idea terminar el capítulo. A esto se le conoce comúnmente como cliffhanger, que se puede traducir como colgando del acantilado, ya que esa es precisamente la sensación que tenemos cuando esto ocurre, como si nos hubieran dejado a medias. Si hemos estado atentos, ya habremos notado la presencia del efecto Zeigarnik: se ha dejado algo incompleto para mantenernos atentos a lo que sigue.
Como ven este efecto puede convertirse en un gran recurso para distintas áreas como la literatura y el cine, ya que dinamiza nuestro vínculo con el producto. No obstante, este fenómeno de la memoria también puede llegar a afectar nuestra vida académica. Piensen un momento en lo que aprendieron en el colegio o en la universidad ¿recuerdan, aunque sea la mitad de las cosas que fueron vistas durante esos periodos? Probablemente la respuesta sea no. Esto no es malo, porque igualmente almacenar tanta información puede llevarnos a una saturación de nuestras capacidades cognitivas. Pero vale la pena preguntarnos si en realidad estamos adquiriendo conocimiento para nuestro constante crecimiento profesional o si solamente lo hacemos para completar una tarea y luego lo dejamos en el olvido.
Todos conocemos la fábula de la tortuga y la liebre, donde la confiada liebre, a pesar de ser más rápida, termina siendo derrotada por la tortuga. El problema de la liebre, además de subestimar las capacidades de la tortuga, fue que siempre estuvo enfocada solamente en la meta, olvidando que a esta la antecede un camino que debe de ser recorrido. Un ejemplo de esto sería nuestra ceremonia de graduación: habremos alcanzado una meta, para la cual debimos atravesar un exhaustivo camino de esfuerzos y sacrificios. Pero algo que no siempre tenemos presente es que este camino de aprendizaje en el que nos encontramos desde nuestro nacimiento tiene una particularidad: nunca termina. Como profesionales cometemos el error de creer que un título significa la culminación de nuestro camino, pero para seguir vigentes en una sociedad que constantemente cambia y evoluciona, siempre debemos estar adquiriendo nueva información.
Con esto no quiero decir que tener metas sea contraproducente, por el contrario, estas nos dan el impulso y motivación necesarios para continuar. Sin embargo, debemos cambiar nuestro enfoque y comprender que un proceso disciplinado y constante es lo que al final nos permite acercarnos al conocimiento, por lo que mi última recomendación es que nunca se conformen con lo que ya saben, porque la verdad es que jamás dejamos de aprender.
Referencias:
García, R. (2018). ¿Por qué nos volvemos ADICTOS? | Efecto Zeigarnik. [Video]. Youtube.https://www.youtube.com/watch?v=4bw9mR5rrsw
RankIQ. (2018). Copywriting Tips and Tricks for Beginners - Hooks, Headlines, Scarcity, the Zeigarnik Effect & AIDA.[Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=2-ToF8LTwRE
Recuero, E. (2019). Efecto Zeigarnik y cómo usarlo (Cliffhanger) | Cómo escribir y publicar un libro. [Video]. Youtube.https://www.youtube.com/watch?v=DTbZl7WzWmc
Triglia, A. (s.f.). Efecto Zeigarnik: el cerebro no soporta que lo dejen a medias. Psicología y Mente.https://psicologiaymente.com/psicologia/efecto-zeigarnik
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