SEMANA 5
Las aguas turbulentas de la red
¿Quién diría que había tanto que conocer acerca del mundo de la información? Pero henos aquí, una semana más y seguimos descubriendo cosas nuevas en cada clase. Antes de comenzar me gustaría que realicemos un breve autodiagnóstico. He elaborado dos perfiles con ciertas características que el premio Nobel de economía, Daniel Kahneman, ha identificado en el ser humano. Antes de analizar a qué perfil pertenecen deben tener en cuenta los siguientes conceptos:
- Pensamiento rápido: pensamiento de carácter veloz, intuitivo, automático. Si se usa en exceso puede describirse como un tipo de pensamiento perezoso.
- Pensamiento lento: análisis lógico, racional y crítico de las situaciones.
- Sobrevalorar la información disponible: valoramos más las situaciones que nos afectan directamente a nosotros y que forman parte de nuestra perspectiva del mundo.
- Efecto de anclaje: elaborar juicios con base en la primera información que se nos es ofrecida y el conocimiento “lógico” que ya poseemos de ciertas cosas, por lo que somos víctimas de un sesgo cognitivo.
- Pesimismo frente al pasado: tendemos a amplificar los malos momentos de nuestro pasado y los generalizamos para toda la duración de nuestra vida.
Una vez tengamos claridad en estos conceptos, podremos identificarnos con el primer perfil: Bubba o con el segundo: Kiki.
Si te identificas más con Kiki, dejame decirte que eres como la mayoría de nosotros. Nuestro constante pensamiento rápido, nuestra perspectiva limitada de las cosas, nuestra tendencia a caer en el efecto de anclaje, nuestra confianza ciega en los expertos y nuestro pesimismo frente a nuestro pasado, nos pueden jugar una mala pasada. En lugar de recriminarnos por caer en sesgos informativos constantes, hay que tomar acciones concretas para empezar a cambiar esta situación. Bubba en algún momento fue como Kiki, pero no se conformó y decidió ir más allá. Y eso es lo que debemos hacer, exigirnos cada vez más y aprender de nuestros aciertos y nuestros errores, porque si bien ahora somos Kiki, una Bubba duerme en nuestro interior y está ansiosa por ser despertada.
Después de esta breve reflexión, es hora de adentrarnos en el tema. Si leyeron mi anterior bitácora, sabrán que ahondamos en el tema de las fake news y sus repercusiones en la sociedad actual. Creo que en este punto todos somos conscientes de que es bastante difícil tratar de no caer en esta red de falsedades, sin embargo, espero que las herramientas que les di hayan sido de utilidad para al menos empezar a cuestionarnos una que otra cosa. Ahora, si bien ya conocemos la existencia de este tipo de noticias, debemos ser conscientes de que la desinformación no sólo peca por la mentira, sino también por omisión. ¿A qué me refiero con esto? Queridos lectores, a nosotros no solo nos ciegan las fake news, cuando ellas fallan, siempre recurren a su viejo amigo: el algoritmo.
El algoritmo es un sistema lógico-informático que a partir de ciertos factores como la ubicación de la persona, la cantidad de visitas a un sitio web o el dinero invertido en publicidad por parte de las empresas, determina y rankea las páginas que mejor se adecuen a tu perfil. Los algoritmos de hoy en día, sobre todo los utilizados en redes sociales, se han vuelto cada vez más precisos, al punto que resulta aterrador. Si no me cree, lo invito a realizar el siguiente ejercicio: ingrese a cualquier red social y dele like a algún producto que sea de su agrado.
Una vez lo haya hecho, es muy probable que en esa misma red social, así como en otras (que inclusive puede que no estén relacionadas a la primera), empezará a recibir recomendaciones directas que tengan que ver con ese producto. Y ni siquiera hablemos de redes como Tiktok. Creo que ni mis padres me conocen tan bien como el algoritmo de esa aplicación. Es más, mientras estoy escribiendo esto, me encontraba escuchando música en YouTube y da la casualidad de que salió un anuncio de Pepsi cuya premisa es #RompeElAlgoritmo. Así que, valiéndome nada más y nada menos que de casos de la vida real, puedo afirmar que el algoritmo es ese compañero omnipresente de la web con el que tenemos que aprender a convivir, mas no dejar que nos controle.
Hay que tener en cuenta que este sistema algorítmico, además de ser bastante invasivo, tiene un efecto mucho más grave: se encarga de construir muros alrededor de nosotros que no nos dejan ver más allá de nuestro entorno inmediato. A esto lo conocemos como la burbuja de filtros. En una de sus TED-Talk, Eri Pariser (2011) nos presenta un experimento, el cual consistía en que dos de sus amigos buscaran en Google a Egipto. Su amigo que se desempeña como periodista encontró resultados que tenían que ver con la crisis que recientemente había atravesado este país. No obstante, las páginas que aparecieron en la búsqueda de su otro amigo, distaban mucho de lo que había obtenido el periodista, ya que estas más bien se enfocaban en planes de viaje a este territorio. Como podemos ver, Internet trata de vendernos una experiencia eficiente y personalizada, pero esto a la larga solamente limita nuestras posibilidades de contrastar lo que sabemos con otros puntos de vista.
Seguramente se sientan agobiados por todos estos obstáculos que se presentan en las aguas turbulentas de la red. Nosotros como productores y consumidores de información, estamos nadando constantemente entre los hechos, que conocemos comúnmente como verdad y las opiniones convertidas en hechos, lo que se conoce como posverdad.
Estas aguas pueden resultar confusas y difusas, pero no crean que simplemente los dejaré a la deriva con todas estas preocupaciones y retos, sin al menos aventarles un chaleco salvavidas. Para poder ponerse este chaleco, deben seguir dos reglas fundamentales:
- La primera consiste en uno de los consejos que me dio el profesor Juan Sebastián Cobos: siga a personas que tengan diferentes ideologías a usted. Estamos acostumbrados a seguir a personas que reafirman nuestras opiniones, porque no nos gusta cuando alguien nos cuestiona o ataca nuestras ideas y nos duele el ego si algo así sucede. Pero adivine, esa la única manera de como dice Pepsi: #RomperElAlgoritmo. Si sigue a personas con otras perspectivas sobre la vida, le aseguro que su propia visión del mundo será mucho más crítica y analítica, además de que pondrá al algoritmo en aprietos, porque ya no sabrá qué esperar de usted.
- Para la segunda regla lo invito a que forme una alianza con una de las herramientas más útiles de nuestra contemporaneidad: Google Academic. Creemos que una simple búsqueda por la primera página de resultados de Google es suficiente, pero muchas veces esta información es muy vaga o poco confiable. Aquí es donde entra su nuevo mejor amigo al rescate. Google Academic es una extensión de Google que sirve para buscar información de carácter académico. La información encontrada en este espacio ha sido previamente verificada para su consumo, por lo que sus trabajos investigativos tendrán unas bases mucho más sólidas y elaboradas.
Pero no crea que estas dos reglas son suficientes. Si no adquiere el hábito de tomarse el tiempo de contrastar y analizar de manera crítica la información proporcionada, será como si hubiera desinflado su propio chaleco salvavidas a propósito. El algoritmo, las fake news y la desinformación en general, se valen de su conformismo y su falta de entusiasmo por aprender. Si no quiere vivir a la deriva en las aguas turbulentas de la web, eventualmente tendrá que aprender a nadar y el primer paso para esto, se resume en un aforismo corto pero contundente del filósofo Immanuel Kant: ¡Sapere Aude! ¡Atrévete a pensar!
Referencias bibliográficas:
Bolsa para principiantes. (2016). Pensar rápido, pensar despacio | Daniel Kahneman.
https://www.youtube.com/watch?v=KyKc4Gzzbrg&t=608s
Pariser, E. (2011). cuidado con la "burbuja de filtros" en la red. TED.
https://www.youtube.com/watch?v=B8ofWFx525s&t=462s
Comentarios
Publicar un comentario